jueves, 4 de agosto de 2011

Una Muerte Súbita

La muerte de Jesús fue predicha más de mil años antes que sucediera.  El profeta  Isaías dijo de Jesús: “Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados.” Jesús pagaría el precio de nuestros pecados para que pudiéramos ser perdonados y tener vida eterna. Como había sido predicho, Jesús murió de manera brutal por sostener que El era el Hijo de Dios. Mientras colgaba de la cruz de madera con clavos en sus manos y pies, El oraba “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Jesús tenía el poder de bajar de la cruz, pero decidió sacrificar su vida para salvarnos.

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